miércoles, 26 de enero de 2011

La Tabla de Flandes

"La Tabla de Flandes" es un buen libro, su autor es Arturo Pérez Reverte (autor de "El Club Dumas" y "La Reina del Sur").


Es otro thriller  al igual que "El Club Dumas", salvo que su pretexto son las pinturas, las antigüedades varias y el ajedrez -en lugar de sólo libros. La historia me pareció algo forzada en ciertos momentos, pero en general la disfruté mucho.

Como siempre tiene mucha investigación (obras de arte, música, literatura, datos culturales curiosos, etc) ¡Aunque hay que saber discernir las obras inventadas por el autor -que son usadas para crear la trama principal; y las obras que son reales -que  sólo menciona  para darle contexto y sabor al libro.
Los personajes me gustaron bastante: todos están descritos en demasía y muy completos (características psicológicas y físicas). A veces esto último restringe la imaginación del lector, y, en algunos casos, su conexión con el personaje; pero no es el caso de este libro. Los diálogos son amenos y divertidos, hay desde pláticas muy elevadas donde se usan todo tipo de figuras literarias, hasta pláticas subidas de tono con lenguaje simple, inclusive vulgar.

Tiene un final bastante sorpresivo e histérico. "El misterio es una jugarreta de un/una psicopata que se hace pasar por la reina negra" Yo no me esperaba que acabase así. 

Algunas citas (la primera es un diálogo del libro, la segunda un cita de Jorge Luis Borges que aparece constantemente):
“—Si. El mundo no es tan simple como quieren hacernos creer. Los  contornos son imprecisos, los matices cuentan. Nada es negro o blanco; el mal puede ser un disfraz del bien o de la belleza, y viceversa, sin que una cosa excluya a la otra. Un ser humano puede amar y traicionar a la persona amada, sin que por eso pierda realidad su sentimiento. Se puede ser padre, hermano, hijo y amante al mismo tiempo; víctima y verdugo... Pon los ejemplos que gustes. La vida es una aventura incierta en un paisaje difuso, de límites en continuo movimiento, donde las fronteras son artificiales; donde todo puede acabar y empezar de nuevo a cada instante, o terminar de golpe, como un hachazo inesperado, para siempre jamás. Donde la única realidad absoluta, compacta, indiscutible y definitiva, es la muerte. Donde sólo somos un pequeño relámpago entre dos noches eternas y donde, princesa, tenemos muy poco tiempo.”


“También el jugador es prisionero
―la sentencia es de Omar― de otro tablero
 de negras noches y blancos días. 
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. 
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza 
de polvo y tiempo y sueño y agonías...?”

Lo recomiendo, es un gran thriller, aunque creo que "El Club Dumas" lo supera.

martes, 25 de enero de 2011

Narraciones Ordinarias

Propóngome a narrar cosas de ayer, un día algo cambiante anímicamente....

Era la 1:45, apenas salía de mi casa -había quedado de ver a mi papá y a mi abuelo en el restaurante de los chinos a las 2:15- y llevaba prisa. Estando en el paradero de Taxqueña tuve la suerte (o tal vez el infortunio) de no hacer fila para abordar la "combi" del López Mateos. Durante el camino quise leer el libro que traía en mi morral -La Tabla de Flandes-, cosa que no me costó trabajo alguno: soy amante de la lectura, presto mi mente y mi cuerpo a situaciones ajenas, doy vida a los personajes y la trama se desarrolla libremente en mi interior. En pocas palabras, dejo de ser yo mismo para convertirme en lo que las páginas contienen.
No llevaba más de 10 minutos leyendo cuando de pronto el mundo de la novela se empezó a fracturar, ya que perdía la concentración, volvía a la realidad. Por más que intenté sumergirme en la narración de Pérez Reverte no lo conseguí: todo era culpa de la cumbia que  emergía de las bocinas impíamente, atolondrando mis oídos, así como mi mente.
 No crean que era payasada mía, todo el recorrido había sido acompañado por esa música y no tuve mayores complicaciones, sólo que ahora una nueva canción sonaba. Era una mujer con voz aguardientosa, un tanto nasal, que cantaba o la menos eso intentaba.   ¡Suerte que las canciones no duran más de 5 minutos! 
Llegué al restaurante "rayando", un safe por así decirlo. Pronto dime cuenta que el safe era una exageración con lo impuntuales que son mi padre y mi abuelo. En fin, estuve 15 minutos esperando a que llegaran, tiempo que ocupé leyendo y excusándome con el dueño y la mesera del local.
 "Buenas tardes ¿Carta o buffet?", me saludó la mesera con esa pronunciación inconfundible. "Buenas tardes", contesté sonriendo, "Va a ser buffet, pero estoy esperando a dos personas..." "Esta bien", y se alejó la mesera.
Al cabo de un minuto se acercó el dueño extrañado por verme leer no teniendo nada en la mesa, ni siquiera un refresco, "¿Carta o buffet? ¿De beber?", me preguntó con el mismo acento que la mesera. "Va a ser buffet, pero estoy esperando a dos personas, gracias" dije. "¡Ah!" asintió el dueño dando media vuelta. 
Pasaron 5 minutos y de nuevo la mesera me abordó "¿Buffet, verdad? Si gusta puede pasar a servirse" "Estoy esperando a alguien, de verdad, y si, si va a ser buffet" ¬¬ 
-Vaya que los chinos son insistentes- me dije
.....
Terminé de comer, miré el reloj ¡Tarde, como siempre se me había hecho tarde! Pero no pude correr, simplemente la tarde estaba deliciosa y se me antojaba más caminar. Me sentía feliz -muy lleno también-, embriagado por el sol y el calor de la tarde.
Entré presuroso al metro, al último vagón: lo que sería la mocha  en un tren. Alcancé asiento y ,perdonen la expresión, me desparramé en él. Fue entonces cuando me sucedió algo extraño: vi esas manos  "broniceas"  agarrando aquel cigarro, provocativas, invitando a mi imaginación a desvariar. Mi mente de nuevo osaba perderse en fantasías...¡Basta! me dije 
En cuanto llegamos a Copilco me bajé corriendo y subí las escaleras tan rápido como pude. Me detuve... hacía tiempo que no me bajaba en esta estación -casi olvidé en estos meses porqué es tan importante-. Sumergido estaba en un recuerdo: tenía que llegar a las 4, y de paso comprar unas papas de carrito con la "Educada Vendedora" (yo sólo me entiendo) para que no se me hicieran pesados los cursos; pronto vería a Gerardo, a Rodrigo, a Ere, a mamá Diana. ¡¿Que?! Recobré  el sentido en ese momento, había estado debrayando; sabía que yo ya no tenía cursos ahí, y que el motivo de mi presencia era solo saludar a mis antiguos compañeros.

Saliendo del metro no tuve más remedio que correr por las calles que llevan a CU: tenía 4 minutos para llegar a la facultad de química. Corrí un poco desesperado, queriendo llegar a tiempo....Pero sabía que ni el tiempo es arbitrario como para dilatarse ante mis necesidades, ni yo así de rápido. 
No llegué a la hora que quería: no había nadie afuera; aunque por extrañas coincidencias a Gerardo se le había hecho tarde y me lo encontré. Pudimos platicar y reir inclusive por unos minutos, me dio mucho gusto  verlo.

Resultó que David no iba a llegar ese día y que Rodrigo se había ido de viaje. #FAIL


Me enteré gracias a Gerardo de dos cosas importantes: que David posiblemente se convierta en el Toche del año siguiente y que el viernes es la premiación de los seleccionados del Distrito (intentaré ir, pero tengo curso, tal vez les caiga como a las 11 para irnos por una pizzas a Copilco).

Vagabundee un rato por la facultad de Química, recordando viejos tiempos.
" Sé como me siento, me siento como fuí, como seré, y por último, como soy; en ese mismo orden. No puedo creer como uno se aferra así al pasado y lo vive una y otra vez. Es en nuestra mente donde revivimos el pasado y los buenos momentos; aunque también es en la mente donde nos proyectamos a futuro e imaginamos los buenos  momentos. ¿Cuál es la diferencia entre imaginar y recordar? Son diferentes, y su origen es distinto...pero a veces me parece que la linea que las separa se difumina. ¡Vivimos imaginando, absortos por completo!  -me siento irreal y fantaseado-

 No se a que quiero llegar con esto, estoy confundido. Me gusta lo que estoy viviendo, pero el pasado se me antojaba increíble, lo idealizo, lo veo como una época dorada. Cuanto extraño ese pasado nerdo, cuanto extraño ese pasado infantil, ¡cuanto extraño todo! 
Por otra parte, el futuro nos invita a probar cosas nuevas, cosas que podrían ser mejores -peores de igual forma, pero solemos olvidarnos de esa parte-. Es esa incertidumbre provocativa, que se ve muy afectada por nuestras acciones; representa la  posibilidad de ser lo que queramos.

¿Y el presente? El presente está constantemente cambiando,  es el más efímero de los tres tiempos, y sin embargo, es el más importante ya que da origen a los otros dos por separado, es quien los divide."
....

"Creo que es hora de regresar a casa" díjeme



miércoles, 19 de enero de 2011

De mis casi finadas vacaciones

...La palabra "finado/finada" es testigo de mis comunes descalabros relacionados con las letras y el idioma; pero no creo oportuno contar esta anécdota. 

Señor Paquidermo,

Al parecer esto de ser constante no es algo que se me da.  Pues bueno, déjeme decirle que estas vacaciones fueron entretenidas y repletas de cosas. Mi tía Mónica vino de E.U.A., motivo suficiente para reunir a toda la familia y pasearnos juntos.
Fuimos al cine, a plazas; viajamos a Querétaro (donde intenté jugar ping pong), jugamos, nos desvelamos incontables veces, reímos, etc. Y aunque todo el trajín nos agotaba, no quisimos detener ni aminorar nuestras continuas salidas. En fin, fueron dos excelentes semanas...

He de confesar que me encariñé mucho con mi abuelo Pino (sí, lo sé, "conífero" nombre el que se carga mi abuelo), ya que nunca había pasado tanto tiempo con él, muestra de ello: ¡Fuimos juntos al cine por vez primera y tengo 18 años!  Pero no ha sido culpa de nadie -mucho menos de mi abuelo-, más que de las circunstancias: el perder a tu padre y  el tener que trabajar desde temprana edad  forjaron un carácter frío y desconfiado de las relaciones con otras personas. Aún con todo lo que vivió mi abuelo llegó a ser el médico que fue y es, pero sobretodo, consiguió formar una familia -tomome el atrevimiento de calificarla- "de bien".

¡Ah! No se me debe olvidar que acabé hace unos días mi Toro, pieza engendrada por mi curso de origami modular y que se compone de 555 módulos de siete colores distintos.
Diría mi antigua maestra Margarita "¡Pero que chulo!"

Ocupé mi tiempo también leyendo, entre lo que leí se encontraba:
-"Introducción a la Estereoquímica y al Análisis Conformacional" del Doctor Eusebio Juaristi, que me gustó bastante aunque acepto que más de la mitad del contenido sigue siendo un misterio.
-Leí nuevamente "Así hablaba Zarathustra" de Nietzsche
-"Tigre Juan y el Curandero de su Honra" de Ramón Pérez de Ayala ....me identifico mucho con Doña Iluminada.
- Pero eso no es todo señor paquidermo, leí un libro que trata del viaje de uno de sus antecesores: un elefante de la India que viaja de Lisboa a Viena. "El Viaje del Elefante", de José Saramago -es mi máximo.
Una cita del último libro (también Ramón Pérez de Ayala en su libro se mostraba acomplejado por los límites del léxico cuando uno describe cosas):
"Realmente, la mayor falta de respeto para con la realidad, sea ella, la realidad, lo que quiera que sea, que se puede cometer cuando nos dedicamos al inútil trabajo de describir un paisaje, es tener que hacerlo con palabras que no son nuestras, vean, palabras  que ya recorrieron millones de páginas y de bocas antes de que llegara nuestro turno de utilizarla, palabras cansadas, exhaustas de tanto pasar de mano en mano y dejar en cada una parte de su sustancia vital."

Quede registrado que sigo haciendo algo de ejercicio en las mañanas,y que empiezo a disciplinar mi cuerpo para el regreso a clases, por los madrugadores despertares que trae consigo. Todos los días me levanto a las 6:45, hora que no podrá ser comparada con la que me espera si empiezo a tomar clases desde las 7. Como parte de mi acondicionamiento, por así llamarlo, tomo un curso de LaTeX en las mañanas; así que oficialmente puedo decir que entré a clases la semana pasada.

En cuanto a mis desajustes y debrayes emocionales (si es que pueden ser nombrados así), todo se ha estabilizado. El letargo y la apatía luchan por volver a dominarme, y yo no me resisto; pero aún con mi voluntad apuntando a la pasividad, existen brotes de rebeldía pasional exigiendo desenfreno y goce absoluto. Que quede claro que no califico estos brotes de "malos", pero sí de inoportunos. 
A veces pienso, señor paquidermo, que los desajustes emocionales de puberto me llegaron un poco tarde, cuando a la mayoría les llega en la secundaria, o a más tardar en la preparatoria...Opino que esto fue productivo: porque en secundaria y preparatoria me dediqué a otras cosas que me han sido útiles, y ahora   soy más maduro para no dejarme afectar gravemente por estos cambios y seguir adelante. Pero lo más seguro es que nada me esté pasando biológicamente y que solo lo use de pretexto.

Muchos acontecimientos han ocurrido en este Invierno, así que tengo material para escribir lo que me queda de enero. Espero encontrar el tiempo y las ganas.

Me despido Señor Paquidermo, descendiente de Salomón, llamado también Solimán.

P.D. Bailé casi por completo un danzón llamado "Rigolettito"
2ª P.D. Hay personas creyentes que de verdad me exasperan