El fin de este ensayo es responder a las preguntas “¿Cuál fue el papel de Suiza en la internacionalización de la ciencia?” y “¿Cuál fue el uso que le dio a la neutralidad?” usando el artículo Coproduction of Neutral Science and Neutral State in Cold War Europe: Switzerland and International Scientific Cooperation, 1951-69 de Bruno J. Strasser cómo base de análisis. Primero se verá las condiciones de Suiza, y en general, de toda Europa después de la Segunda Guerra Mundial, así como de la ciencia europea. Luego se abordarán los proyectos internacionales científicos que Suiza emprendió, enfocándonos en el uso político que les dio con miras a reafirmar su neutralidad y la neutralidad de la ciencia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la situación económica era muy complicada por los daños causados por la guerra, por lo que la ciencia en el viejo continente se vio paralizada, en especial en campos donde se requerían instalaciones e instrumentos de alto costo, que los países individualmente no podían sufragar. En lo político, con el fin de la guerra, Europa (y finalmente el mundo) se polarizó en dos grandes bloques: Oeste y Este
; ante la polarización, los países neutrales surgieron cómo un tercer grupo minoritario, del cual Suiza era el mayor representante.
La política neutral de Suiza fue muy criticada recién finalizada la Segunda Guerra Mundial, ya que se le veía cómo una política oportunista que le permitía mantener el intercambio económico durante las conflagraciones, y que propiciaba la falta de responsabilidad y participación internacional. En los años consecutivos Suiza apoyaría ciertos programas científicos, culturales y sociales para mejorar la imagen de la “neutralidad”, reafirmar su identidad nacional y posicionarse en el ámbito internacional.
Primeramente, era necesario la construcción de una identidad nacional debido a la diversidad poblacional e idiomática de Suiza (muchas veces los habitantes de un cantón tenían más en común con el país vecino que con sus connacionales). Max Petitpierre, ministro de asuntos exteriores (1944-1961) y presidente de la Confederación Suiza (1950-1965), impulsaría la neutralidad y la solidaridad como características comunes de los habitantes suizos; para ello usó a la ciencia, basándose en su supuesta neutralidad, universalidad y objetividad. También impulsó políticas de solidaridad (como Cruz Roja) esperando combatir la idea del aislamiento presuntamente inducido por la neutralidad.
Suiza, aún siendo un país pequeño y de poca relevancia en el ámbito científico, buscó posicionarse en la política internacional, así como en ciencia y tecnología; Petitpierre sería clave, siendo el promotor de proyectos en tres distintas áreas de la ciencia: física de nuclear, CERN; investigación espacial, ESRO; e investigación molecular, EMBL.
En 1949 se llevó a cabo la Conferencia Cultural Europea en Lausanne, Suiza, en la cual se llegó a la resolución de que se iba a estudiar la creación de un “Centro Europeo de Investigación Atómica”. Petitpierre, siendo ministro de asuntos exteriores creyó pertinente que Suiza apoyara la creación de este centro; era una excelente oportunidad para posicionar a Suiza y que su política de neutralidad influyera en la cooperación europea. La física atómica era el epítome de desarrollo justo al acabar la Segunda Guerra Mundial, el problema residía en su estrecha relación con las armas nucleares. Una pila nuclear podía tener aplicaciones bélicas, aplicaciones que iban en contra de la política Suiza, en cambio, un ciclotrón estaba mucho más relacionado con la medicina y con las investigaciones civiles, Suiza sólo tenía que asegurar que el programa se centrara sólo en proyectos de este estilo.
En 1953 se celebró en Ginebra una conferencia, en la que se pactó la creación del CERN. Suiza presionó por la necesidad de desmilitarización y despolitización de la ciencia para asegurar los objetivos del CERN, y propuso la ciudad de Ginebra como cede del nuevo laboratorio con ciertas condiciones: apertura a todas las naciones, incluyendo a los países del este, que las investigaciones fueran públicas, y que las investigaciones tuvieran fines civiles y puramente científicos. En pocas palabras, con estas condiciones aseguraba que el proyecto fuera afín a su política de neutralidad y solidaridad. Las condiciones suizas fueron muy bien aceptadas entre la sociedad científica, por lo que las apoyaron. Finalmente, el CERN fue construido en Ginebra, reafirmando la neutralidad de Suiza y de la ciencia.
Para la creación del ESRO (así como del ELDO), fueron necesarios dos eventos: el lanzamiento del Sputnik (1957), y la creación de la NASA (1958). Era cuestión de tiempo para que Europa también iniciara sus investigaciones espaciales, así que Suiza tuvo que moverse rápidamente para evitar la intromisión de la OTAN y desempeñar un papel líder en la creación de un organismo internacional para la investigación espacial. Pero otra vez, las posibles aplicaciones bélicas (cohetes y lanzadores) podían comprometer la participación suiza. Suiza una vez más tenía que hallar la forma de participar en los proyectos internacionales sin dejar de ser congruente con su política de neutralidad.
En 1962 son creados ESROy ELDO como resultado de las presiones de los países neutrales (Austria, Suiza, Suecia, entre otros) en separar la investigación espacial y asegurar una organización con fines completamente científicos y civiles. ESRO sería la organización relacionada con los satélites, identificados con un uso civil, a la cual pertenecieron la mayoría de los países, incluyendo a los neutrales; mientras que la ELDO sería la de los cohetes y lanzadores, y en la cual naciones como Suiza, Austria, Suecia, así como países pequeños, no participaban.
La creación del ESRO y la participación en él fueron utilizados al máximo para reafirmar la identidad nacional, ya que se le hizo una gran propaganda dentro de Suiza, además, en el desarrollo de satélites iban a ser necesarios instrumentos muy finos, instrumentos cuya producción necesitaría de la participación de la industria relojera suiza, una industria nacional.
En los campos de la biología molecular no se habían tenido ni proyectos ni discusiones importantes relacionados con la creación de un organismo internacional. Pero para Suiza de nuevo representaba una oportunidad para encabezar un proyecto de cooperación internacional en ciencia y para asegurar la despolitización de las investigaciones moleculares. Lo interesante es que al presentar el proyecto, lo hizo con condiciones distintas a las que había usado las veces anteriores: ahora se negaba a aceptar la participación de los países del este.
A pesar de que la biología molecular desde los 60 había mostrado tener usos bélicos, sus usos no eran tan evidentes, por lo que Suiza se preocupó principalmente en asegurar que las investigaciones fueran abiertas y evitar la participación de la OTAN. El apoyo de los demás países no fue importante en comparación con la cooperación en los otros proyectos emprendidos, pero aún así Suiza consiguió la creación del EMBL.
En los tres proyectos (CERN, ESRO, EMBL) Suiza utilizó un concepto distinto de neutralidad, es decir, Suiza fue reinventando y adaptando la neutralidad según el contexto: al principio de la posguerra buscó no tener inclinación por los países del Este ni por los del Oeste, es más, se negó a participar en el Consejo Europeo; en cambio, más tarde, se inclinó por los países europeos del Oeste. Algo que siempre mantuvo constante en su identificación de lo neutral, es la política de apertura, la cual tuvo una fuerte influencia en los proyectos internacionales que apoyó Suiza.
La neutralidad Suiza a lo largo de la posguerra la define Strasser como: El equilibrio entre la necesidad de participar activamente en las relaciones internacionales y la abstención de todo tipo de alianza política. La política de neutralidad fue usada principalmente: para la construcción de una identidad nacional, y la identificación de la ciencia con lo neutral y con la cooperación internacional (por la también invocada solidaridad).
Habrá que recordar que recordar que antes de la Segunda Guerra Mundial, la cooperación internacional y el intercambio científico se realizaba entre investigadores; y que es con el fin de la guerra que la institucionalización de la ciencia comienza a gestarse con la creación de organismos internacionales como la ONU, y la creación de las agencias especializadas (FAO, OMS, UNESCO, etc). Suiza al buscar su posicionamiento en la nueva política global y querer presentar su neutralidad, ya sea participando sólo en las agencias que consideraba apolíticas, o encabezando y apoyando proyectos internacionales de cooperación científica, le dio un gran impulso a la internacionalización de la ciencia: el CERN y el EMBL han ganado Premios Nobel, en especial el CERN es el laboratorio de altas energías más importante con la participación de países de otros continentes. Pero lo que fue clave en la internacionalización de la ciencia yacía en la identificación que Suiza hizo de lo neutral con lo abierto, que terminó traduciéndose a que la ciencia debía de ser abierta para todos y compartida.
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