Me siento mal y bien, he pisoteado mis principios, he tomado lo prohibido, ya no puedo quejarme, en ningún sentido, ahora soy complice, aunque la experiencia fue única y feliz, colores, mucha luz, simpleza....
Ya no puedo ser considerado un ente correcto, aunque se trate de una de las hipocresías sociales más grandes. Mi amigo Jonathan una vez más demostró que realmente me aprecia y busca mi bien; agradezco mucho su preocupación y que me exigiera prometerle no caer en esas faltas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario